El agua es uno de los recursos más vitales para la vida, pero los contaminantes provenientes de actividades industriales, agrícolas y domésticas amenazan cada vez más su calidad. Entre estos contaminantes, los fenoles y el amoníaco son especialmente preocupantes debido a su toxicidad, persistencia y potencial daño para la salud humana y los ecosistemas. La determinación precisa de estos compuestos es esencial para evaluar la calidad del agua y garantizar el cumplimiento de las normativas ambientales.