Sedamyl, que opera en dos plantas distintas, se enfrenta al intrincado reto de mantener unas normas de calidad estrictas y optimizar al mismo tiempo la eficacia de los análisis de nitrógeno y proteínas. En la planta principal de Italia, se utiliza el método Kjeldahl para determinar los niveles de nitrógeno y proteínas en las materias primas y los productos acabados. Sin embargo, en la planta más pequeña de Selby (Reino Unido), las limitaciones operativas obligan a adoptar el método Dumas, dando prioridad a la seguridad y la productividad.
Este doble enfoque del análisis de nitrógeno plantea a Sedamyl varios retos críticos:
➤ Diferentes requisitos analíticos: equilibrar los requisitos de dos instalaciones distintas, cada una con sus propias metodologías analíticas y dinámicas operativas, representa un importante reto logístico para Sedamyl.
➤ Eficiencia frente a seguridad: aunque el método Kjeldahl ofrece solidez y familiaridad, por su naturaleza requiere mucho tiempo para realizar un análisis completo, y esto entra en conflicto con el requisito de la instalación de Selby, que necesita una alternativa rápida y segura debido a la limitación de recursos y personal.
➤ Control de calidad: garantizar una evaluación coherente y precisa del contenido de nitrógeno y proteínas en todas las etapas de la producción es fundamental para mantener la reputación de Sedamyl de ofrecer productos de alta calidad.
➤ Cumplimiento normativo: el cumplimiento de estrictas normativas y estándares industriales, especialmente en la producción de alimentos y bebidas, añade un nivel de complejidad a los procesos analíticos de Sedamyl.
Hacer frente a estos retos requiere soluciones innovadoras que no sólo mejoren la eficiencia operativa, sino que también respalden el compromiso permanente de Sedamyl con la calidad y la seguridad de los productos.